martes, 28 de enero de 2020

Sin pena ni Goya

(Imagen extraída de la red Internet)

Está sentado; inmóvil y concentrado. De repente pega un salto en su butaca y se dirige hacia los escalones que le separan del atril; los sube y resopla antes de decidirse a hablar.
―¡Uf, qué subidón, en verdad no me lo esperaba!
Restriega sus pómulos, como quien dispersa un par de lágrimas delatoras, y procede a sacar con nerviosismo de uno de sus bolsillos unas minúsculas gafas, de esas de cerca, que coloca casi en la punta de su nariz; a continuación, rebusca en otro y extrae un folio que desdobla un par de veces hasta tener el texto a la vista. Empieza a leer:

Quisiera empezar por los agradecimientos: en primer lugar, a La Academia, ¡muchas gracias!, sin duda alguna éste es el momento más importante de mi carrera profesional y este premio es a lo máximo que puede aspirar alguien que, como yo, se dedica a contar historias para que sean plasmadas en películas. Mi imagen sujetando este trofeo, ésta que veis, no apareció ni en mis más optimistas sueños en los tiempos en que empezaba a tomarle el pulso a este mundo mágico.
Por supuesto, gracias infinitas también a todo el equipo de la película, por apostar por esta historia tan personal y transgresora, tan poco correcta si de política y de otros aspectos de nuestra sociedad hablamos. ¡Gracias por involucraros tanto para hacerla vuestra, compañeros, sin vosotros nada de esto habría sido posible!
Quisiera también compartir este premio con el resto de nominados: compañeros, compañera, vuestros trabajos son magníficos; vosotros sois tan merecedores de él como lo pueda ser yo.
Y, por último, quisiera dedicárselo a mi familia y amigos, a todos ellos, desde el primero al último, porque sin su apoyo y compañía esto hubiera sido imposible.   
Acabo ya, antes de que en breve empiece a escucharse la música desaloja estrados; ¡qué paradójico!, nunca antes oí una melodía instrumental con tanta letra, con tanto…
¿Qué os decía?, ya la tenemos aquí, tan persuasiva ella.
¡Gracias de nuevo, va por vosotros!

Se queda callado, quieto; guarda la hoja. Dos lágrimas resbalan ahora, dos lágrimas no fingidas.
Un joven ha estado observando la escena desde el quicio de una puerta entreabierta; anida en él la culpabilidad que debería sentir todo voyeur. Ya se está retirando cuando cambia de idea y se vuelve, decidido. Entra al cuarto.
―¿Otra vez estás con eso, papá? Anda, bájate de esa escalera, ya sabes que cojea y un día de estos vas a acabar haciéndote daño. Y suelta esa figura, que es la favorita de mamá y al final la vas a romper; y verás entonces…
»Venga, supéralo de una vez, por favor, ya no tiene remedio… Quédate con que tu guion ganó el Goya, aunque quien lo recogió y se llevó los méritos fuera ese impostor, el miserable que registró a su nombre tu excelente trabajo después de toparse con el portátil que contenía todos tus desvelos.

© Patxi Hinojosa Luján
(28/01/2020)

jueves, 23 de enero de 2020

Motel 69

(Imagen extraída de la red Internet)

68 noches y un día, dulce condena. Confieso que habría permanecido todo ese tiempo a tu lado, y en él nos imagino, felices, intercalando conciertos entre sesiones cinematográficas y teatrales. Imagino asimismo que, en cada uno de esos días, al llegar la noche, ésta me encontraría temblado, dudando si pedirte o no que me acompañaras al primer motel de carretera que encontráramos para pasarla juntos, aunque admito desde ya que no creo que eso ocurriera hasta llegado el tiempo de descuento de nuestras escapadas; entonces, haríamos salvajemente el humor mientras esperamos ver amanecer nuestra jornada 69... pues, por imaginar, hace ya tiempo que te imagino aceptando cómplice mi propuesta.
Sí, habría acabado pidiéndotelo… pero para ello tendría que haberte conocido antes…

© Patxi Hinojosa Luján
(23/01/2020)

miércoles, 8 de enero de 2020

Plaza Cobardía

(Imagen extraída de la red Internet)

(canción torpe, o cobarde..., o algo así)

Si a veces improviso torpes muecas de alegría
Descuidando enmascarar cada atisbo de tristeza
Nunca olvides recordar que no tengo la entereza
Que me ayude a desertar de la «Plaza Cobardía»

Si a veces pinto el cielo y se confunde con tus credos
E incluso distorsiono tus caminos con mis prosas
Disculpa que me embriague si inocente en mí reposas
Desnuda de prejuicios, ignorante de mis miedos

Porque…
Maldita timidez que esclaviza mi emoción
Mis ansiosos sueños, mi Eldorado, sin pasión
Sospecho que jamás bailarás nuestra canción

Si a veces te regalo torpes sones como hieles
Y otras me sincero, aunque no me lo pediste
Responde tu mirada verde mar, belleza triste
Y yo escapo por temor a bañarme en tales mieles

Es que…
Vivo en la inquietud, frenando mi pasión
Reflexionaré, aislando la emoción
Para comenzar…

Busco la quietud que avive mi emoción
Consideraré que vuelva la pasión
Mas, para empezar, que acabe esta canción

© Patxi Hinojosa Luján
(08/01/2020)