martes, 26 de septiembre de 2017

Desesperanza

Mi tercera aportación a «Relatos en cadena», de cien palabras, en la Cadena SER...

Desde el día que murió, la alegría comenzó a evitarme hasta acabar desapareciendo. Dijeron que llegaría a sobreponerme a su ausencia, que encontraría otras caricias con las que olvidar las que aún sueño como reales. Con el tiempo, la frecuencia de esos estímulos decayó en la misma medida que mi ánimo, y hoy, en la penumbra de mi soledad, echo de menos aquellas y la pena dibuja vacío.
Una noche más, mis pasos me llevan de vuelta al frío hogar con la parsimonia de la desesperanza. Dejo atrás esa tumba que tanta nostalgia destila mientras vomito un aullido, ya no me quedan fuerzas para ladrar…

© Patxi Hinojosa Luján
(21/09/2017)

martes, 19 de septiembre de 2017

Desnudo


Aún hoy tiemblo al recordarlo, incluso mi cuerpo empieza a sudar sin motivo aparente para los ojos extraños que me puedan observar.
Los dos éramos muy jóvenes, aunque no tanto como para no desear ya en aquellos tiempos liberarnos de una adolescencia que suele enquistarse a veces, aunque sea sólo en los sujetos más temerosos de asumir responsabilidades.
Como os decía, tiemblo al evocarlo, admitiendo que desconozco de dónde pude sacar la osadía para pedírselo, para pedirle que se desnudara para mí; pero el caso es que lo hice y, aunque no reaccionó enseguida, lo cierto es que no salió huyendo, y yo lo interpreté como todo un éxito previo al inevitable triunfo final.
A partir de entonces, con una complicidad recién estrenada, escapamos juntos en más de una ocasión a esa cara de la Luna que se oculta ante nuestros ojos pero no ante nuestros anhelos, y así podíamos seguir estudiándonos para aprendernos el uno al otro con la privacidad que da la intimidad. Recuerdo esas escenas, y otras con tanta o más carga de pasión, como si hubieran sucedido hace un momento, justo antes de elegir esta manzana que ya antes se eligió para mí y que acabo de morder. Y ahora sonrío, pues la equiparo a aquel recuerdo; parece que no pudiera resistirme a algunas tentaciones…
Llegados a este punto, caigo en la cuenta de que algunos de vosotros, amables lectores, quizá estéis pensando que este es tan buen momento como cualquier otro para que aparezca en el relato ese giro que termina por otorgar al texto un significado situado en el extremo opuesto de lo que se suponía hasta entonces... Siento decepcionaros, esta vez no hay tal giro final. En efecto, es cierto que le pedí que se desnudara, como pensaba hacerlo yo también, y no tardó en complacerme, pues lo hizo pocos días después cuando me abrió de par en par su corazón en un apasionado e integral desnudo emocional.
Porque…, eso era lo que habíais pensado, ¿no?  

© Patxi Hinojosa Luján
(19/09/2017)

lunes, 18 de septiembre de 2017

La porción

Mi segunda aportación a «Relatos en cadena», de cien palabras, en la Cadena SER...

Otra vez a oscuras, en silencio, cómplice de una sonrisa inocente que veo disfrutar.
Hoy es un día que en otra época fue especial, aunque procuro mantener bien escondido ese matiz a sus ojos. Él ignora que esta tarta, nuestro regalo por su cumpleaños, disimula lágrimas en su masa; cree que vendrá a por su porción, y que por eso le esperamos escondidos, ¡sorpresa! Mas lo cierto es que nos refugiamos en la clandestinidad del silencio, de la oscuridad, de la discreción del maquillaje… Y que rezo para que se equivoque, para que jamás volvamos a ver al monstruo.

© Patxi Hinojosa Luján
(14/09/2017)

sábado, 16 de septiembre de 2017

Íntegro


Cuenta la leyenda que jamás lograrás verlo si tu mirada no es capaz de buscarlo, que no estará cuando no lo eches de menos, porque él nunca se manifestará si es para estar de más. Cuenta otras muchas cosas, cierto, por algo es una leyenda, pero sólo es eso, o nada menos que eso. Por ello mismo opto por aparcar este libro que no he llegado a abrir y os contaré lo que el álbum de mis recuerdos aún conserva con mayor o menor claridad.
Es imprevisible, tanto como lo pueden llegar a ser nuestros pensamientos, y se nos puede aparecer en el momento y lugar más inesperados. Su conversación es relajada, ponderada, esclarecedora, conciliadora…, siempre. Sin saber por qué, cuando nos damos cuenta de que no nos importa compartir con ese desconocido nuestras intimidades, ya le hemos invitado a visitar los recovecos más recónditos de nuestras personalidades; pero no utiliza estos recursos para su beneficio, al contrario, sólo le interesa una cosa: ayudar de manera incondicional.
No exagero un ápice si afirmo que él es un ser íntegro a todos los niveles; y creo no equivocarme si considero que humano es un adjetivo que no le hace justicia, se le queda corto, demasiado…
*
—¿Va bien así, sí?, ¡estupendo! Entonces, ¿podría apartarse, aunque sea sólo un poco, por favor?..., es que, verá, sus alas me hacen cosquillas, sobre todo la derecha, se le está desprendiendo; y además, ¡ejem!, me está haciendo daño esa pistola clavada en las costillas…
**
Decía…

© Patxi Hinojosa Luján
(16/09/2017)

viernes, 15 de septiembre de 2017

La barrera


(Soneto fecho «casi» al itálico modo y dedicado a mi hermana en «la menor» Monse en su cincuenta cumpleaños)

Hoy te toca a ti, hermana en «la menor»
Pasar la barrera de los cincuenta
Ya nos llegó a todos sin darnos cuenta
Y en tu caso lo aceptamos con humor

Sé que lo afrontas carente de temor
Pues ya tu troupe te aleja la tormenta
Tres chicas, dos chicos, esa es tu renta
Grupo tan unido que es todo un clamor

Ves que un nuevo tiempo se manifiesta
Ayer irrumpió el cambio de sopetón
Hoy desestimas echarte una siesta

Y así, colmando de pasión su zurrón
El destino se incorporó a tu fiesta
Y te tatuó una nieta en el corazón

© Patxi Hinojosa Luján
(15/09/2017)

jueves, 14 de septiembre de 2017

Indolencia

Mi primera aportación a «Relatos en cadena», de cien palabras, en la Cadena SER...

La casa ha comenzado a llenarse de hormigas. Ya sé que no te importará, por mí también pueden coger todo lo que les interese. ¿Sabes?, ellas sí consiguen vivir como una verdadera sociedad; y lo mejor de todo, no son nada ruidosas, se cuidan de no molestarme cuando estoy cansado, cuando descanso o cuando no quiero que me molesten, y eso no lo puede decir todo el mundo, ¿verdad?
Hormigas… A mí no me importa que acudan cada vez en más número a la llamada de sus congéneres, pero ahora debo tener mucho cuidado, mirar bien dónde piso, no quiero más cadáveres en la casa aparte del tuyo.

© Patxi Hinojosa Luján
(06/09/2017)

martes, 12 de septiembre de 2017

El porqué


Deslizo, travieso, mi osadía por debajo de tu alma hasta soñarnos en un nuevo beso que siempre es aquel primero. Entonces nos veo: a mí en un blanco y negro que, ilusionado, se va tiñendo de tu mundo de colores imposibles; a ti en color, condenando la puerta al salir del mío, el negro y blanco del que me rescataste.
Y en ese preciso instante lo recuerdo cada vez, recuerdo el porqué…

© Patxi Hinojosa Luján
(12/09/2017)

sábado, 2 de septiembre de 2017

La extraña luz en el cielo


Estaba el otro día escuchando la radio; hablaban de alta costura y su influencia en nuestra sociedad, asunto serio donde los haya, cuando, de repente aunque con aviso previo, cambiaron de tema y se pusieron a hablar de platillos volantes, de ovnis, vamos… A punto estuve de cambiar de emisora, pero algo superior a mí hizo que dejara tranquilo el dial, supuse que sería la curiosidad.
Yo, que nunca he creído en todo esto de los fenómenos paranormales y de las posibles visitas de seres extraterrestres, aluciné con los testimonios de personas que llamaban al programa para compartir sus supuestas experiencias. La verdad es que me irritó sobremanera la carga de trascendencia y verosimilitud con las que las acompañaban, como si pensaran que los oyentes les estábamos creyendo; y eso estaba reñido con la clara evidencia, a todas luces.
Cuando terminó el programa, apagué el aparato y salí de casa. Había leído que ese día estrenaban la nueva película de un joven director que parece ser que prometía, y yo tenía ganas de cine esa noche. Hacía un buen rato que había anochecido por lo que conducía despacio por la ciudad, he de reconocer que mirando de reojo al cielo, aunque no esperando ver nada raro.
Y entonces lo vi, un círculo perfecto, muy brillante, de color verde, inmóvil ahí arriba justo encima de nosotros. Frené de golpe, oí frenadas detrás de mí, supuse que de personas que, como yo, admiraban extrañadas el espectáculo. Casi sin darnos cuenta ascendió sin hacer ruido alguno cambiando su color al del sol, mas fue solo un instante porque al momento nos retaba desde una posición un poco más elevada a la vez que adquiría un nuevo color: rojo intenso y muy brillante. Ahora recuerdo que oí algún sonido estridente y agudo que no pude interpretar al estar hechizado por la visión. De repentemente —¡uy, perdón!—, volvió a descender y a mutar de color hasta el verde con que se nos presentó al principio. Yo ya no sabía qué pensar, deslumbrado como estaba por el espectáculo, cuando volvieron a sonar los diabólicos ruidos acompañados en esta ocasión de unos sonidos guturales, como llegados de ultratumba, entre los que… algo sí llegué a entender:

—¡¡¡¿¿¿Pero tú eres gilipollas???!!!, ¡¡¡arranca ya que se nos va a volver a poner el semáforo en rojo otra vez…!!!

© Patxi Hinojosa Luján
(02/09/2017)

(Este año se cumple el cuarenta aniversario del estreno de Encuentros en la tercera fase, del genio Steven Spielberg. Sirva este micro de humor de humilde homenaje)