martes, 3 de marzo de 2020

Jimena, ¿y ahora qué?


¿Qué hace que alguien lo deje todo, meta los retazos más entrañables de su vida en la primera maleta que encuentra, despreocupándose de llenarla, y siga a otra persona hasta el fin del mundo, y más allá si hiciera falta? La respuesta, en un principio, es sencilla, ¿verdad?: el amor. Al menos, así es como responderíamos la mayoría de nosotros a semejante cuestión. Pero resulta que no siempre ese es el motivo, veréis…
Andrés no tenía tan definida la respuesta; bueno sí, lo que quiero decir es que él siempre dejó la puerta abierta a otra posibilidad, a otra respuesta tan válida como aquélla, por lo menos en su caso. El problema surgía cuando se preguntaba, lo que hacía a menudo pues la veía cada día, si su apreciación sería compartida por esa persona en concreto.
Jimena, un par de pasos por delante en el camino multicolor de los sueños, coincidía con Andrés, sin saberlo, en el gusto por la metáfora de una casa ventilada, con la puerta abierta de par en par a una segunda respuesta tan válida como la recurrente primera.
Así las cosas, la vida iba pasando con sus mundos en perpetua conexión, con un vínculo más fuerte de lo que ellos dos intuían. Con sus problemas ella, con sus imaginativas soluciones él, con sus secretos ambos…; y los universos respectivos repletos de palabras mudas, por pendientes, que no acababan de pronunciarse entre los dos. Y siempre con Marion, Encarna y Sendy, testigos no precisamente mudos, ahí cerca, tejiendo tramas, desenredando ilusiones, tan ignorantes ellas como nuestros dos protagonistas de que estos no necesitaban de atracción física alguna para necesitarse más allá de los patrones afectivos convencionales.
¿Que qué hace que alguien lo deje todo, meta los retazos más entrañables de su vida en una maleta, despreocupándose de llenarla, y siga a otra persona hasta el fin del mundo, y más allá si hiciera falta? Preguntádselo a Andrés, os responderá que la amistad incondicional como la que mantiene con Jimena… y la propia Jimena; y lo hará mientras ésta espera a que aquél recupere los pasos de desventaja antes de que ambos se cuestionen a la vez: Jimena, ¿y ahora qué?
Con la visión obstruida por una cortinilla acuosa ―esa emoción que se me ha colado a traición en los ojos…― reflexiono aquí, en la butaca, mientras esbozo en mi mente esta sinopsis procurando fijarla para que no se me olvide, y me surge la duda: anulada la desventaja inicial, juntos ya para el resto de la historia no contada, la Amistad incondicional ―con mayúscula, que jamás conllevará prisión―, ¿acabará mutando a amor, o quedará anclada para siempre en algo que bien podríamos denominar amoristad…, qué pensáis?

(Sinopsis en versión libre de la obra escrita por Cristina Torres para su grupo de teatro Les Figuretes)
© Patxi Hinojosa Luján
(03/03/2020)


2 comentarios:

  1. ¡ Ole por todos los Andrés, las Cristinas y, desde luego, por la Amistad incondicional ¡ ¿ qué importa si mutante a amor ? ¡ Viva la « amoristad» y gracias por compartir emociones, Patxi !

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