(Imagen extraída de la red Internet)
Las aguas hacen honor al nombre de su océano con
una calma que sobrecoge, de tal modo que parece que la embarcación patinara
sobre un gigantesco espejo horizontal donde se reflejan los más bellos tonos plateados,
esmeraldas y turquesas, según qué pasatiempo utilicen las nubes para distraer al
Sol en cada ocasión. Consecuencia: por momentos me engaño al imaginar que estoy
navegando por placer; aunque mi sensatez, con un quiebro certero, me recuerda
que no es así.
En verdad, esta placidez me desconcierta,
sospecho que en cualquier instante pueda saltar la sorpresa en forma de algún
otro nuevo y notable susto... Dos puntos. Imploro al Cielo para que lo impida,
pues le temo al mar embravecido casi tanto como a una posible nueva versión de
mí mismo.
***
Acabamos de llegar a destino, la
pantalla no miente, y el hormigueo en el estómago, compañero durante la
travesía completa, amenaza ahora con desquiciar mi sistema nervioso. Para tranquilizarme,
rememoro el viaje reconociendo que ha habido suerte, que no puedo quejarme del trayecto.
Además, las modernas técnicas de navegación facilitan el trabajo de manera
considerable incluso a marinos tan inexpertos como yo. Y aquí estoy, en este
pequeño barco, a más de 1700 km al este de Nueva Zelanda, rodeado de agua hasta
donde me alcanza la vista en cada uno de los 360 grados que recorro no sin
cierta inquietud. Así, permaneceré anclado en pleno Pacífico Sur los próximos
siete días, al final de los cuales se cumple el plazo que me he dado antes de
dar por finiquitado mi retiro voluntario.
***
En estos tiempos todo está en la
red de redes, y al menor indicio de duda o problema acudimos a ella en busca de
consejo o solución. Presuroso, eso hice después del incidente, pues antes yo no
creía… Dos puntos. Y a la única solución con algo de lógica me aferré tras
descartar las demás por descabelladas. Va a ser una semana larga, lo sé, pero
el esfuerzo habrá merecido la pena si cuando termine resulta que es verdad, que
mi «contratiempo» se resuelve tal y como prometían.
¿Que si tengo fe en que funcione…?,
no sabría qué responder; al menos, de momento, parece que el asunto no va a más,
y ello me procura un atisbo de optimismo.
Pero contaba con que las horas no
transcurrirían a la misma velocidad con que se agotan las provisiones, unas provisiones
que traje por partida doble, y por desgracia no me equivoqué. Deberé tener cuidado
si no quiero desfallecer antes de que pase lo que sea que tenga que pasar.
*****
He rebasado el ecuador de mi tiempo
de aislamiento y algunas cosas han cambiado. Las aguas han olvidado su quietud y
amenazan con no respetar a nada ni a nadie. Se avecina tormenta ―pienso en voz tan
alta que incluso creo percibir asentimiento en el graznido del albatros que nos
sobrevuela huyendo hacia el sur―; y llega.
En su tiranía, las aguas obligan
a su convidado a una danza violenta que provoca que emerjan desde la bodega crujidos
de madera junto con otros lamentos sordos. Aunque no me transmite menos intranquilidad
sentir cómo aumenta por momentos esa presión en mis encías que creía dormida. El
escaso optimismo que mantenía se va desmadejando poco a poco sin remedio y la
fisura que amenazaba con rasgar el casco cambia de objetivo y acaba haciéndolo
en mi esperanza; intuyo con terror que he dejado atrás mi particular «punto de no
retorno».
***
En este trance todos mis
pensamientos giran alrededor de aquel maldito suceso, también esta obsesión por
vestir con cuello alto que comenzó al poco de mi primera visita al castillo, cuando
fui incapaz de recuperar los recuerdos de una buena parte de la misma y me descubrí
los… Dos puntos. También esta dichosa tensión en los cuatro caninos.
Espero que la sangre no llegue
al río, pienso, y rompo en carcajadas nerviosas al percatarme de la magnitud de
mi pensamiento, con su doble sentido, con su sinsentido...
*****
Ahora que el escenario es inexorable,
asumo que, al igual que en los que traje conmigo, pronto tampoco contemplaré mi
reflejo en el espejo gigante que ha vuelto a aparecer debajo del casco. Ha
amainado el temporal. A pesar de ello, sigo oyendo ruidos provenientes de la
bodega, y a cada instante que pasa su frecuencia e intensidad aumentan. No son
sino la confirmación de que se habrá pasado, antes del tiempo que preví, el
efecto de la droga que le suministré a mi «plan B», al desdichado que ya estará
digiriendo, supongo, el destino que le espera, el de los... Dos puntos. Escapa
a la razón, lo sé, pero alguien tiró una moneda al aire y salió cruz, cruz para
los dos…
La Luna Llena luce magnífica esta
noche; es parte del encanto de este entorno, y lo disfruto a sabiendas de cuál
es mi destino; a pesar de saber lo cruel que llegará a ser.
Sí, mi destino dictó su sentencia
coincidiendo con mi segunda e indagadora visita: es ya muy tarde para él, nunca
debió merodear solo por los alrededores del Castillo de Bran, una fortaleza que
por requerimiento del dichoso consejo ―para contrarrestar el mal, y
anularlo, huir de inmediato lo más lejos posible, acuciaba mi «plan A»―, se
encuentra justo en las antípodas de este lugar
donde en breve, tan excitado como cualquier principiante, tatuaré con su sangre
mis primeros… dos puntos.
© Patxi Hinojosa Luján
(28/06/2019)
Bello!
ResponderEliminar¡Qué sorpresa tan agradable, compañero! Me alegra un montón que pienses eso, Iñaki.
EliminarEspero que muy pronto nos juntemos para celebrar lo que sea...
Un fuerte abrazo.
Suerte que llegaste a tiempo de presentar tu relato, Patxi, de lo contrario nos habríamos perdido algo realmente bueno :)
ResponderEliminarMe encanta esta vuelta de tuerca que le has dado al tema de los vampiros, esa constante en el texto que finalmente comprendemos (los dos puntos), la intriga y misterio que tan bien manejas todo el tiempo, las dudas y zozobra del protagonista... todo bien aderezado con estupendas descripciones del entorno físico y emocional. Originalidad y buen hacer en estado puro, compañero.
Un abrazo enorme y mucha suerte en el Tintero, aunque no creo que la necesites en absoluto :))
Es cierto que presenté el relato casi sobre la bocina, pero el gran esfuerzo de David bien merece uno pequeño por nuestra parte.
EliminarMe alegra un montón que mi trabajo haya merecido tan buen comentario por tu parte, y te lo agradezco de veras, pues me anima a releerlo con otra mirada menos exigente hacia él.
Te doy las gracias asimismo por tus deseos, que ya sabes que son recíprocos.
Otro abrazo, fuerte, para ti.
Hola, Patxi: Buen relato. me ha gustado la corrección gramatical en el soliloquia, y las hermosas imágenes del mar en calma y en tormenta. Suerte en El Tintero.
ResponderEliminarMuchas gracias, miga Beba, por tu tiempo y tu cariñosa valoración.
EliminarGracias también por tus deseos, que ya sabes que son recíprocos.
Un fuerte abrazo.
Nos presentas una historia de vampiros muy literaria con ese soniquete repetido de los dos puntos, escritos con tinta roja, el signo de puntuación más escalofriante de todos los tiempos. Sin duda, un más que digno homenaje al maestro Stoker y muy apropiado para la temática de esta edición. Mucha Suerte en El Tintero. Un abrazo, Patxi.
ResponderEliminarMuchas gracias por tus palabras, tocayo, aunque no sé yo si el maestro Stoker estaría de acuerdo... Pero sí, las agradezco de veras, y más viniendo de quien viene, cómo no.
EliminarAgradezco de igual manera tus deseos, que ya sabes que son recíprocos.
Un fuerte abrazo, compañero.
Aterradoramente bueno. Muy original. Mucha suerte en el Tintero, Patxi.
ResponderEliminar¡Me encanta tu comentario, amiga Marta! Muchas gracias por pasar y dejarlo, y por tu deseo, que ya sabes que es mutuo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Un relato apasionante, Patxi, en el que narras la transformación vampírica con la perfección a la que nos tienes acostumbrado, con ese mar, ahora en calma, ahora enojado, que tan bien hace de escenario al drama de nuestro protagonista.
ResponderEliminarTe deseo mucha suerte en el concurso. Un abrazo.
Sabiéndote inmerso en unas tan merecidas como obligadas vacaciones literario-tinteras, agradezco en su justa medida tu visita, amigo Bruno. Y máxime cuando me regalas tan generoso comentario.
EliminarGracias asimismo por tu deseo.
Un fuerte abrazo.
Me has dejado sin palabras, Patxi. El leitmotiv de los dos puntos me desconcierta la primera vez y después, ya encontrada la clave de su significado, me va encogiendo el corazón. Ese mar metáfora de los cambios que se van dando en el personaje me parece un recurso tan acertado y está tan bien escrito que he vuelto a releerlo. Me encanta cómo has ido introduciendo el simbolismo del espejo, la cruz, la sangre, la luna; todo un cortejo que acompaña al auténtico viaje iniciático del vampiro.
ResponderEliminar¡Una maravilla de relato! ¡Qué bien escribes, Patxi!
Un abrazo desde Gasteiz.
¡Qué puedo decir, amiga María Pilar!, que me gustaría creer todo lo que has escrito sobre este relato, porque creo con sinceridad que de tu comentario podría extraer cada palabra que necesitara para una hipotética publicidad del texto, la mejor, y no necesitaría más. Los halagos... esos me los guardo para mí, para esos momentos en los que pienso que lo que escribo no tiene valor alguno... ¡¡¡Muchas gracias por tu ánimo!!!
EliminarRecojo con cariño tu abrazo desde Vitoria y te envío otro, fuerte, desde Hendaye.
Una gran narración Patxi, que muestra con gran maestría cada una de sus escenas en ese barco otorgándole muchísima profundidad tanto a la historia como al personaje. !Me encanto, mucha suerte en el tintero!
ResponderEliminarSaluditos
¡Cuánto te agradezco, amiga Yessy, tu generoso y preciado comentario!
EliminarY gracias también por tus deseos, que ya sabes que son recíprocos.
Un fuerte abrazo.
Escalofriante tu historia Patxi donde describes con todo lujo de detalles como se trasforma en vampiro tu personaje,y ese mar que pasa de estar en calma a embravecido según trascurren los segundos en la vida de tu protagonista.
ResponderEliminarUn abrazo y suerte en el concurso
Puri
Muchas gracias por pasar, amiga Puri, y dejar tu particular visión del texto. Y gracias también por tus deseos, que ya sabes que son recíprocos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Un espléndido relato con firma personal, donde esos dos puntos sirven de introducción al lector acerca de la singularidad del protagonista y de su origen. También los puntos en rojo, en ocasiones tres y en otras cinco, sirven de introducción a las secuencias de la historia, en ocasiones sin contratiempos y en otras, al contrario, se produce la desolación y la locura.
ResponderEliminarFantástico recurso, elegir el decorado marino como metáfora de las distintas transformaciones que experimenta física y mentamente dicho protagonista.
Por supuesto se trata de un viaje iniciático de este aprendiz de vampiro o principiante, al que el destino le reserva ambas víctimas (plan A y plan B) y que en su parte final justifica sus actos.
Te felicito, Patxi, por tu gran trabajo creativo ahondando en un nuevo enfoque de esta temática que introdujo Stoker con su famosa novela.
Te deseo mucha suerte en El tintero.
Un fuerte abrazo.
Muchas gracias por tu completo comentario, amiga Estrella; da gusto sentir que a veces lo que escribo genera tanta atención. Y ya que has ahondado tanto, te diré que el "Plan B" sí que era su iniciación con una víctima; si embargo, el "Plan A" era la huida en sí al sitio más alejado posible del castillo (las antípodas en pleno Pacífico Sur) al objeto de contrarrestar el mal y anularlo, plan que al no resultar daba paso al final del relato al otro. Ya siento todo este rollo...
EliminarTe agradezco asimismo tus deseos, que ya sabes que son recíprocos.
Un fuerte abrazo.
Estimado Patxi, ¡vaya contratiempo ha tenido tu protagonista! Para él, dos puntos. A mi tampoco me gustaría encontrarme esa versión de una persona. Me gustó esa transformación pareja al estado del mar y escuchar esos lamentos a la vez que las encías son presionadas por los colmillos. Un principiante con todas las cartas para ser un buen aliado del “mal”. Menos “mal” que yo estuve en el castillo de Bran y no me traje ningún punto, que yo sepa, a no ser que la sutil presencia tuviese efecto retroactivo Mmm…. Un abrazo
ResponderEliminarAmiga Eme, muchas gracias por tu comentario y por esos dos puntos (recuerda que el relato está escrito en primera persona, ja, ja, ja), ya no me voy de vacío del concurso...
EliminarMe alegra un montón que hayas encontrado ese detalle interesante.
Y... después de lo que me cuentas, no olvides mirarte con cierta regularidad en algún espejo, por los dos motivos, por si acaso... Je, je, je,
Te envío un fuerte abrazo.
Patxi has manejado el relato como protagonismo de dos puntos que nos hace hijo conductor de la escena. Pienso en el mar en calma y cuando hay tormenta el mar puede hasta matar. cómo has mantenido el hijo hacia ese castillo del bien y el mal para hacernos partícipe de meter la historia que transcurre en Transilvania.¡Magnífico como todo lo que escribes!. Un abrazo.
ResponderEliminarFrase errónea, corrijo: Como has mantenido el hilo hacia ese castillo ----
Eliminar(No te preocupes, Mamen, se entendía a la perfección)
EliminarMuchas gracias, compañera, por tus amables palabras, por tu generoso comentario. ¡Me encanta que pienses eso de mis textos!
EliminarTe envío otro abrazo, fuerte, de vuelta.
Hola Patxi, por fin llegué a tu relato.
ResponderEliminarDos puntos son pocos para puntuar tu trabajo. Vas soltando poco a poco información en torno a los dos puntos que son, al fin, la clave de la historia. Me gusta que te hayas apartado de los lugares comunes para un vampiro y el escenario sea el mar, así que navegamos entre dos aguas: la de los pensamiento del sujeto atormentado, y la de la naturaleza marina. Al paisaje marítimo lo tratas como a un personaje vital, un aliado en la trama, con sus estados cambiantes logras retratar el carácter variable del principiante.
Suerte en nuestro Tintero, un fuerte abrazo y que tengas unas estupendas vacaciones. Si navegas no olvides el chaleco Patxi.
Amiga Isabel, imaginaba que no faltarías a tu cita con la lectura y posterior comentario a los textos del concurso, y veo que has cumplido mi pálpito, a pesar de estar de merecidas "vacaciones tinteras forzosas". ¡¡¡Muchísimas gracias por ello, compañera!!!
EliminarY ya puestos, agradezco de veras tus palabras, pues ya sé que no es mi mejor texto, aunque sí uno de los más osados, quizá...
Gracias por tu disección, a veces uno consigue parte de lo que se propone mientras va escribiendo, que para eso tengo en todos vosotros unos excelentes ejemplos a seguir. Y gracias por esa valoración inicial que, como le apunté a Eme, me deja más que satisfecho; y por tus deseos tinteros, que sé que son sinceros.
Bueno, con el deseo de que puedas disfrutar de unas maravillosas vacaciones veraniegas, te envío un abrazo bien grande.
En cuanto a lo de navegar, no temas, intentaré no tener que hacerlo más en el resto de mi vida después de la angustiosa experiencia que tuvimos en la Costa de la Tramontana mallorquina en el año 2000.
Pues no se si es el mejor, o no, de tus escritos, pero dice mucho de ti el arriesgarte y salir de tu zona de confort.
EliminarLo dicho Patxi, que tengas unas estupendas vacaciones.
¡Gracias de nuevo, amiga!
EliminarLa tensión acompaña a este relato, en torno al enigma del retiro voluntario del protagonista y esos dos puntos que se repiten como un mantra hasta que averiguamos su significado. Ha sido previsor al idear un plan B por si sus sospechas se confirman, como finalmente va a suceder. Buen relato, estructurado con solvencia a medida que se nos va revelando la información, con un final en el que confluye la ubicación en la que has situado la historia con el motivo de la trama. Sin duda llegará alto en el Tintero. Mucha suerte, amigo Patxi.
ResponderEliminarAmigo Jorge, muchas gracias por pasar y compartir tu visión de la trama, tan acertada como siempre, y tu optimista previsión, la cual agradezco de veras.
EliminarTambién agradezco tus deseos, que ya sabes que son recíprocos.
Un fuerte abrazo.
Habrá que tener cuidado al visitar ciertos castillos durante el verano, no sea que nos traigamos algún recuerdo inesperado e indeseado.
ResponderEliminarLo que parecía en principio un retiro voluntario del personaje para reencontrarse con sigo mismo, resultó ser un viaje iniciatico para poner a prueba su capacidad como vampiro.
Un abrazo y que la suerte te acompañe.
Muchas gracias, tocayo, por tu tiempo y comentario, con sabio consejo incluido; y por tus deseos, que ya sabes que son recíprocos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, amigo Patxi. Magnífico ejercicio aplicado a la escritura. Se disfruta esta exhibición, de un narrador en primera persona, aislado en el océano y permitiéndose el lujo de presentar planes Ay B, crear conflicto, meter urgencia, y así y todo entretener al lector. Para eso hay que tener oficio, conocimientos, recursos y maestría, en una palabra ¡virtuosismo!
ResponderEliminarMuchas gracias por el «alarde»;-)
Muchas gracias a ti por tu comentario, amigo Javier, tan generoso y motivador, y con tu habitual sinceridad; ahora, en ningún caso he intentado hacer alarde de nada: ni me va la ostentación ni yo sería el más indicado para ello, créeme.
EliminarTe envío un fuerte abrazo.
El formato diario que le has dado al relato me recuerda mucho a la estructura de Drácula de Bram Stoker. Un texto muy bien escrito y con una tensión narrativa apropiada para nuestro despiadado vampiro. Pobre plan A y plan B...dos puntos. Mucha suerte en el Tintero y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarAmiga Beatriz, muchas gracias por pasar y dejar tu particular visión sobre el relato, tu generoso comentario.
EliminarTe quedo muy agradecido también por tus deseos, que ya sabes que son mutuos.
Un fuerte abrazo.