lunes, 30 de marzo de 2020

La habitación del servicio

(Imagen extraída de la red Internet)

―Tú eres mi… mamá y yo soy tu… hija, ¿verdad? ―La sorprendente pregunta la deja paralizada una fracción de segundo, sin más reacción que una búsqueda urgente en los ojos de Alba.
Están solas en la fría estancia que utilizan como salón. Fría por su tonalidad, allí todo es blanco o, como mucho, gris muy claro; un blanco roto conseguido con el toque mínimo de unas pocas gotas de negro. Fría por la temperatura, fija siempre en siete grados centígrados. Fría por la decoración, inexistente, y el mobiliario, tan escaso que, minimalista, ni rastro presenta de algo que pudiera denominarse biblioteca.
―¿A qué viene esto, Alba, dónde has oído esas palabras, quién te las ha mostrado? ¡No será que las has visto en…! ―La mirada y ademanes inconclusos de Luna delatan desconcierto.
La inaudita tensión se alía con el silencio intentando desaparecer. Cuando esto empieza a suceder, Luna coge las manos de Alba con las suyas, con una delicadeza que roza la ternura, y la invita a sentarse a su vera en la blanca mesa ovalada. Pero los labios cerrados de aquélla vaticinan que la conversación, que con total seguridad van a mantener, aún se demorará el tiempo que tarde en resolverse la duda: ¿diálogo entre ambas o confesión espontánea de Alba?; de ésta dependerá…
La verdad es que ayer, aprovechando la tarde libre de la sirvienta y que tú habías salido de la ciudad, entré en su habitación y…
Así que era eso, me lo temía. ¡Estas sirvientas de nueva generación no nos van a traer más que problemas! Lo reconozco, me precipité, no debimos sustituir a la anterior, que aún funcionaba bien, por una de esta serie en fase beta no probada lo suficiente y que no sabemos qué errores podrían evidenciar con el tiempo. Luna habla con determinación, aunque tranquila de nuevo, segura de que todo quedará bien grabado en Alba y confiando en que sus palabras sirvan para que ésta no reincida. Pero le queda alguna duda… Y dime, esas palabras, ¿las viste o las oíste? Reflexiona. Las viste, ¿verdad? ¿Cómo describirías la cosa?
Alba permanece serena, pues no observa emociones amenazantes en Luna, y procesa sin plus de velocidad la que concibe como mejor respuesta. La mira y, de manera inesperada, esboza algo parecido a una sonrisa que enseguida deshace.
―Lo tenía escondido bajo las mantas de su cama. Es un objeto rectangular, poco grueso y que se abre en finas láminas de celulosa donde hay impresas palabras junto a dibujos y fotografías; muchas palabras e imágenes. Ahí leí mamá, hija y alguna otra palabra más que no conocía pero que, con los dibujos, he podido interpretar ―Alba hace una pausa calculada, para después añadir―. ¿Sabes qué es… mamá…? ―Luna permanece callada, enigmática―. Dime, ¿por qué nosotros no tenemos ninguno de esos objetos ni los conocemos?; ¿o tú sí?
―Verás, Alba… hija… Te contaré algo…
El Sol se está poniendo con más rapidez de la habitual, estamos en época de ocasos vivos, como ocurre con las mareas unas tres veces por año, y la luz que regala desaparece a velocidad de vértigo. Pero no activan ninguna iluminación, no la necesitan. Luna cambia a modo educadora y continúa:
―Esos objetos se llaman libros, y nosotras decidimos hace algunas generaciones prescindir de ellos al poder almacenar toda la información disponible en nuestro interior. Pero, para poder mantener cierta suerte de jerarquía familiar, emocional o afectiva, el acceso a los diferentes niveles de conocimientos lo conseguimos de manera gradual mediante activaciones programadas. De no haber existido esta charla, en dos activaciones más habrías tenido información sobre ellos y…
―¿Por eso soy igual de alta que tú, porque entre nosotras la única diferencia radica en los niveles que vamos activando? Es que ellas, lo vi en las ilustraciones del libro, van creciendo en tamaño desde muy pequeñas. Mamá, ¿ellas sólo funcionan de sirvientas, o se usan para algo más? ―Alba parece no poder dejar de enlazar pregunta tras pregunta.
―Eso lo habrías sabido dentro de tres activaciones ―Luna continúa con gesto impasible―, pero te adelantaré algo mañana, hija. Hoy ya has procesado demasiada información nueva; me temo que se transforme en emoción y no estás preparada aún.
―Una sola pregunta más, mamá, lo prometo: ¿De dónde vienen, cómo surgieron?
Luna se resigna, sabe que tendrá que responder.
―Ellas son seres vivos, Alba, y pertenecen a la especie humana, que es la que nos creó ―Alba intenta decir algo, pero un gesto de Luna la detiene―. Justo cuando lograron su versión más perfeccionada, que somos nosotras, sufrieron una pandemia general, mundial, que hizo que todos sus recursos y fuerzas se canalizaran hacia la total eliminación del contagioso y letal virus que la originó. «De esta salimos, fijo», se decían esperanzados, pero lo consiguieron sólo los especímenes más fuertes, algunas hembras, las que superaron la selección natural; y como fueron más bien pocas, no nos fue difícil tomar el control sobre el planeta y someterlas. Venga, engrasa ya tus junturas y ponte en pausa, nos esperan activaciones de tres niveles que debemos poder justificar.
―Entonces, ¿esos varones y hombres que vi en el libro?
De ellos, hija, nos quedan los bancos de semen que logramos salvar para asegurarnos la continuidad de su especie, y la nuestra, nada más.
Pero Alba ya no escucha, está en pausa; sus circuitos proyectan nuevas visitas a la habitación prohibida, anhela continuar saboreando esos extraños elixires...

© Patxi Hinojosa Luján
(30/03/2020)



49 comentarios:

  1. Hola Patxi. Me ha gustado mucho tu relato, muy en la línea del mío. Los artificiales como raza dominante y dominadora, con los pocos humanos supervivientes como mero esclavos. Yo vi un futuro catastrófico también para la nueva raza. ¿Y tú? ¿Conseguirán triunfar allí donde nosotros fracasamos?
    Te deseo mucha suerte, compañero. Y cuídate mucho.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras, Bruno. Me alegra que te haya gustado el relato. Te confesaré que yo sólo lo imaginé como pura ficción, nunca como una posibilidad de futuro posible; ingenuo que es uno, ya ves...
      Y gracias también por tus deseos, que ya sabes que son recíprocos.
      Un fuerte abrazo, de momento virtual.

      Eliminar
  2. ¡Ay! ¡Pobre humanidad...! Muy buen relato, Patxi. Una historia sugerente y muy bien contada. Me ha encantado. Mucha suerte en el Tintero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, compañera. Me alegro mucho de que el relato te haya gustado tanto. Y muchas gracias también por tu deseo, que ya sabes que es recíproco.
      Un fuerte abrazo, de momento virtual.

      Eliminar
  3. Un enfoque original del futuro tras la devastación pandémica. Espero que todo se quede en el ingenio imaginativo de la creatividad literaria. Buen relato Patxi. Suerte en el concurso. Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu comentario, Carmen, te lo agradezco de veras. Te diré que comparto tu esperanza. Y gracias también por tu deseo, que ya sabes que es recíproco.
      Un fuerte abrazo, compañera, de momento virtual.

      Eliminar
  4. Hola, Patxi.
    ¡Hay, cómo está el servicio! Que parecía una cosa y era otra. No te digo yo que a eso no llegaremos. Casi prefiero no conocerlo.
    Buen planteamiento el de esta distopía. El conocimiento mediante activaciones ya me gusta.
    Te felicito.Me ha gustado.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Isan, por tus motivadoras palabras, son de las que animan a seguir juntando letras.
      Un fuerte abrazo, de momento virtual.

      Eliminar
  5. Espero que esa pandemia que sale en tu relato no sea la que sufrimos en la actualidad, porque entonces nos va a quedar bien poco para disfrutar de esos libros que son tan peculiares y extraños en ese mundo distópico que vaticinas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No te preocupes, tocayo, que no es la misma, seguro, je. je. je. Gracias por pasar y dejar tu comentario, compañero.
      Un fuerte abrazo, de momento virtual.

      Eliminar
  6. Quítale esa hache que se me ha colado.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Qué hache?, yo no he visto ninguna hache que haya que quitar... ja, ja, ja.

      Eliminar
  7. Saludos cordiales desde Venezuela. Y buen relato, ojalá ese final sea en millones de años jajajaja. Esto que vivimos será aprendizaje,ya verán. Suerte en el Tintero de Oro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tus palabras, compañera, me alegra que éste te parezca un buen relato. Y no te preocupes, es sólo ficción.
      Gracias también por tu deseo, que ya sabes que es mutuo.
      Un fuerte abrazo, de momento virtual, hasta Venezuela.

      Eliminar
  8. Hola,Patxi. Pues menudo futuro nos espera a la raza humana, está visto que la realidad supera a la fantasía. De momento, en tu gran relato es al revés, imaginas un futuro fantástico y deprimente. Alba y Luna, dos nombres hermosos para dos androides que nos recuerdan lo que se perdió. Las emociones se han sustituido por las activaciones en máquinas para almacenar información. La desaparición de los libros da la medida de la tragedia en ese panorama desolador. Una imaginativa historia narrada con tu vigoroso estilo que ya echábamos de menos por aquí. Bienvenido, de nuevo. Mucha Suerte en El Tintero. Un abrazo, Patxi.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, compañero Paco, por tu completo y gratificante comentario, lleno de energía muy pero que muy aprovechable para mí. Yo debo corresponderte con un "bien hallado" mientras asevero que el texto es ficción, sólo ficción.
      Gracias también por tu deseo, que ya sabes que es mutuo.
      Un fuerte abrazo, de momento virtual.

      Eliminar
  9. Hola, Patxi,nunca te había leído antes, y me ha sorprendido la capacidad que tienes para crear la atmósfera perfecta que ayude al lector a introducirse en tu relato. Solo la primera frase, con ese juego de mamas e hijas, ya enfrentas al lector hacia algo que introduce mucha atención. Y que el relato se vaya descubriendo a base de diálogo ayuda a permanecer atento.
    Vaya futuro nos espera, de ser así, sobre todo al hombre, aunque la que sobrevive lo hace esclavizada y usada como para una reproducción casi autómata, no sé qué es peor. Espero que está crisis sanitaria no llegue a tanto, si no...
    Me gustó mucho, Patxi, mucha suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, compañero Pepe, de corazón. No sabes cómo reconforta leer comentarios como éste. Esta crisis sanitaria, como la denominas bien porque es lo que es, aunque luego deriven muchos matices, no llegará a tanto, seguro; creo que podemos estar tranquilos a ese nivel.
      Gracias también por el deseo, que ya sabes que es recíproco.
      Un fuerte abrazo, de momento virtual.

      Eliminar
  10. Hola Patxi! Te doy la enhorabuena por tan buen relato. Me gustan mucho las historias donde los límites entre hombre y máquina se difuminan. No en vano, los robots del futuro serán creados a nuestra imagen y semejanza (en mayor o en menor medida). Mucha suerte en el concurso. Cuídate y un abrazo (virtual).

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Beri. No sabes cómo agradezco tus generosas palabras, toda una sobredosis de ánimo. Coincido contigo en el gusto por historias similares y en tu vaticinio.
      Gracias por tu deseo, que ya sabes que es recíproco y te envío de vuelta otro abrazo virtual. Cuídate, #YoMeQuedoEnCasa

      Eliminar
  11. Hola, Patxi. Parece que tenemos pandemia para rato. Cuando dispongamos de la tecnología de androides, estaremos fritos. Muy buen relato que, como toda distopía, te deja un sabor agridulce. Pero muy bueno.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu positiva valoración, compañera, te la agradezco de veras. Esperemos que la pandemia sea pronto un mal recuerdo.
      Te envío un fuerte abrazo, de momento virtual.

      Eliminar
  12. Buenos días Patxi ¡cuánto tiempo colega!
    Hasta el nombre de Alba (blanco), casa con la ambientación, no has descuidado ningún detalle.
    Así que un libro pasará a ser, además de un objeto inútil, algo prohibido. ¡qué pena un futuro sin libros y sin emociones!
    Así que de esta pandemia que sufrimos la humanidad, sacaste material para escribir este CIFI.

    Espero que de esta que estamos pasando, todos salgamos mejores seres humanos... ya, ya sé que soy una ilusa ;)

    Buen trabajo Patxi. Un abrazo compañero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por tu visita, compañera. La verdad es que os tenía un poco abandonados, que no olvidados, y he aprovechado esta excepcional coyuntura para pasar a saludaros a todos, a los que ya os conozco de anteriores ediciones y a los que no.
      Y gracias por utilizar, como siempre, tus dotes de gran observadora de los detalles con este relato, y por tus palabras, querida amiga.
      Te envío de vuelta otro abrazo, virtual. Cuídate mucho, #YoMeQuedoEnCasa

      Eliminar
  13. ¡Qué preciosidad de relato! ¡Me ha encantado! Muy en consonancia con lo que estamos viviendo. Los diálogos estupendos, las descripciones fluyen y con todo vamos conociendo más de la trama. Está tan bien compactada en ese episodio concreto entre Luna y Alba, qué nombres tan bonitos y cuánto me han despistado al principio, que las emociones del lector fluyen porque Alba lo enamora.

    ¡Felicidades y suerte en El tintero, Patxi!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¡Vaya! Gracias, María Pilar. No sabes cómo agradezco tu comentario, es ya todo un premio en sí mismo; también tus deseos, que ya sabes que son recíprocos.
      Te envío un abrazo bien fuerte, virtual, eso sí. Cuídate mucho, #YoMeQuedoEnCasa

      Eliminar
  14. Hola, Patxi. Muy impactante tu relato y muy bien escrito, como siempre. Abre la puerta a un mundo extraño.
    A ver si entendí: Aquí solamente perduran nuestras obras: los robots, las robotas, más bien, que nos han superado,en jerarquía, y tienen potencial para no necesitar nada de la experiencia afectiva de nuestro mundo.
    Pandemia o no pandemia, ya hay varios entre nosotros: deshumanizados, sometidos a"modelos" en donde la sabiduría del alma se destiñe y se degrada, y se esconde como una vergUenza. Suerte(cantada) en El Tintero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Beba, compañera. Gracias por tu generosa valoración.
      Te diré que, a grandes líneas, en este relato de ciencia ficción, nuestro planeta está dominado por la última generación de robots que fabricó la especie humana antes de casi desaparecer tras una pandemia vírica mundial. Sólo sobrevivió una pequeña cantidad de mujeres que fue sometida por aquellos y obligadas a ejercer como sus sirvientas.
      Te envío un fuerte abrazo, virtual, eso sí. Cuídate mucho, #YoMeQuedoEnCasa

      Eliminar
  15. Hola Patxi! me alegra verte de nuevo por el Tintero, lo que no consiga una pandemia jaja. Además veo que la misma está sirviendo de inspiración para muchos de los relatos que se presentan a concurso, por supuesto en clave catastrofista como corresponde a un buen relato del género.
    Muy bien planteado ese diálogo entre la madre robot y su "hija", con toda una dinámica de actualizaciones y tiempos pautados para el aprendizaje bien hilvanada. Poco a poco se nos va desvelando la naturaleza de ambas protagonistas y el extraño futuro en el que viven tras la casi desaparición de la humanidad y del conocimiento escrito.
    Al final Alba desarrolla esa curiosidad tan humana que la hace desear volver cuanto antes a la habitación prohibida. Un final que pide a gritos una continuación.
    Buen relato, sobriamente escrito, al que auguro posibilidades de estar en lo más alto. Un abrazo y cuidate.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Jorge, muchas gracias por tus palabras. La alegría es compartida pues tenía ya ganas de saludaros y ésta desgracia sanitaria me ha brindado la excusa perfecta; siento que haya tenido que ser de esta manera, pero esto es mejor que nada.
      Como habrás podido apreciar, he querido que el asunto de la pandemia quedara limitado a dos escasas dos líneas, para que no se quedara con el protagonismo de la historia del relato.
      Lo dicho, gracias por tu motivador comentario al diseccionar y valorar el texto. También por tu pronóstico, aunque eso esté super difícil por el nivel de los trabajos presentados.
      Te envío un fuerte abrazo, virtual, que no conlleva riesgo alguno en estos tiempos de zozobra.

      Eliminar
  16. Hola Patxi

    Me alegra ver que tú también nos muestras una "consecuencia" inesperada de las pandemias... y no sé cual es peor!!

    Has logrado una buena ambientación, como dicen otros compañeros, en un relato sorprendente.

    Enhorabuena y abrazos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola, Paola, gracias por pasar y dejar tu generosa valoración. Vamos a desear y pensar, por nuestro bien, que todas nuestras visiones se quedan en eso, en lo que son, un relato de ciencia ficción.
      Otro abrazo, virtual, de vuelta para ti.

      Eliminar
  17. Hola Patxi, esta pandemia está haciendo que nuestra imaginación esté desbordante.
    Muy tierno el diálogo de Luna y Alba, esos robots que actualizan sus circuitos y donde los libros son algo inútil, que pena.
    Todo ciencia ficción menos mal.
    Un abrazo y suerte en el concurso.
    Puri

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias por pasar y dejar tu cariñoso comentario, compañera. También por tus deseos, que ya sabes que son recíprocos.
      Te envío un fuerte abrazo, virtual, que no conlleva riesgo alguno en estos tiempos de zozobra.

      Eliminar
  18. Hola Patxi, el futuro androide, claro con esa enorme memoria cibernética ahí le caben todas las historias, ya me gustaría una de esas. Yo que leo y se me olvida todo, o casi todo. Admiro la capacidad de memoria de mucha gente. Por otro lado, me hace pensar que no debemos agotar la mente, al fin y al cabo, es solo-mente. Un abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ... Pero nada menos que mente, nuestra mente, lo más maravilloso que poseemos, Eme, a pesar de que vaya sufriendo un desgaste, lógico, y a veces, sólo a veces, se nos olvide alguna cosilla.
      Gracias por pasar y comentar, compañera.
      Un fuerte abrazo virtual.

      Eliminar
  19. Por lo menos la sustitución de los humanos por robots no parece que haya sido de forma cruenta, con una revolución de por medio, aunque sí aprovechando un descuido por culpa de este virus. Creo que ya tenemos otra teoría sobre la aparicion del coronavirus. Ha sido creado por ciborgs (chinos, por supuesto) con la finalidad de someternos, je,je.
    Muy bueno, Patxi.
    Un abrazo y suerte.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Podría ser una interpretación, sí, pero dejémoslo en que sólo es ciencia ficción, je, je, je.
      Gracias, compañero, por pasar y comentar; y por tus deseos, que ya sabes que son recíprocos.
      Un fuerte abrazo, que con su virtualidad no supone problema alguno en estos tiempos de zozobra.

      Eliminar
  20. Muy en la línea clásica de la distopía en este género de ciencia ficción, nos presentas una historia muy original bien trabajada en sus diálogos como en las descripciones, haciendo fácil la lectura y su comprensión.
    El mensaje que nos brindas a modo de reflexión, nos muestra la lucha entre el bien y el mal, representada por la cultura o el saber de los libros creados por los humanos y sus enemigos los androides capaces de lanzar sus dardos envenenados de virus.

    Me alegro también de tu regreso al mundo de los tinteros y te deseo suerte igualmente en el concurso.
    Un fuerte abrazo libre de contagio, Patxi y que todo vaya bien en tu entorno.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, compañera, por tu visita y por dejar tan completo comentario con tu particular visión del relato. Esperemos que distopías semejantes no las lleguemos a ver, ni nosotros ni nuestros descendientes.
      Gracias también por tu deseo para con el concurso, que ya sabes que es mutuo.
      Abrazo de vuelta para ti, y ojalá que también todo vaya bien para ti y tu entorno.

      Eliminar
  21. Buen relato Patxi, el diálogo entre madre e hija lejos de resolver dudas da pie al misterio. Solo al final vemos verdaderamente de qué se trata, nada menos que una trama original en la que los humanos no salen muy bien parados.
    Un saludo compañero y cuidate.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, compañera por tu tiempo y tus bellas palabras. Me alegra comprobar, por ellas, que he conseguido mi propósito con el texto.
      Un fuerte abrazo virtual, que estos no contagian, con el deseo de que te cuides mucho.

      Eliminar
  22. Hola, Patxi. Original propuesta en la que la raza humana acabamos sirviendo a los androides que creamos. Desolador panorama en el que la información se activa cuando corresponde y los libros quedan desterrados como reliquias del pasado. Deseo que el maldito virus desaparezca y no sea al revés como apuntas en el relato. Muy bueno. Me alegro de verte de nuesto por aquí. Un abrazo fuerte y suerte en el Tinter.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias, Jose, por tu visita y por el análisis del relato que compartes con tus generosas palabras.
      Yo también me alegro, cómo no, de haber pasado a saludaros en esta edición del concurso y agradezco de veras tu deseo, que ya sabes que es recíproco.
      Otro fuerte abrazo de vuelta; al menos estos virtuales no conllevan peligro de contagio.

      Eliminar
  23. Me alegro de verte de "nuevo" por aquí. (perdón, se me había colado un error)

    ResponderEliminar
  24. Hola, Patxi. Acabados de leer para ooder votar, dejé para más tarde escribir el comentario de los poquitos que me faltaban, entre ellos el tuyo.
    Al menos sabemos darnos cuenta de los errores que cometemos como humanos. Pintamos en general a los extraterrestres como superiores y mejores, y acaso eso sea verdad. Me ha encantado el diálogo donde se describen "los ocasos vivos" y, reconociendo que la falta de libros en el futuro sea una realidad, no dejo de pensar que en este aspecto las máquinas nunca nos superarán, en esta parte tan humana nuestra.
    Gracias por permitirnos disfrutar de tus escritos.
    Un abrazo. Suerte? no la necesitas, ya la tienes contigo. :-)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. PODER VOTAR... ay, con mi dedo travieso que sale del confinamiento de las letras permitidas ji, ji.

      Eliminar
    2. Gracias, Carla, por pasar y dejar tan cariñosas y motivadoras palabras junto con tu comentario.
      Es cierto, sí, que tengo La Suerte conmigo, aunque dudo que nos refiramos a lo mismo...
      Otro abrazo, fuerte, para ti.

      Eliminar