miércoles, 5 de noviembre de 2025

De tal palo...


—Señor Serrano, siento haberle hecho venir; verá, su hijo no para de decir insensateces y...

—¿Cómo cuáles? —interrumpo, expectante.

—La última: ayer aseguró que ha vuelto a ver naves ardiendo más allá de Orión.

—Se referiría a que ha vuelto a ver Blade Runner, es que le gusta mu…

—No, no —ahora es el director del colegio el que me interrumpe a mí—, eso mismo le sugerimos nosotros, pero insistió en que su afirmación era literal, tal cual.

—Bueno, es cierto que tiene un telescopio, pero sin demasiado alcance, y lo que cuenta no tiene ni un mínimo de verosimilitud —añado, teatral, mientras compadezco a quienes viven en mundos de cuatro dimensiones sin sitio para la fantasía.

—Creo que en casa deberían ponerle límites en cuanto a lo que puede ir diciendo por ahí; piense que los niños son muy crueles y podrían burlarse de él hasta llegar a provocarle un complejo, o peor aún, una depresión que le lleve a encerrarse en su mundo interior, quién sabe con qué consecuencias —Me suelta con un rictus de solemnidad y de preocupación a la vez.

—No se inquiete por eso, señor director. Conozco bien a mi hijo, créame, y le aseguro que su fuerte personalidad le ha dotado de una inquebrantable fuerza mental.

***

—¿Qué querían, padre? —pregunta mi hijo en cuanto franqueo la puerta de casa.

—Nada grave, Ismael, sólo informarme de que vas mejorando tus notas, que notan que te esfuerzas… que sigas así —apostillo, imaginándonos cerca de Orión…

 

© Patxi Hinojosa Luján

(05/11/2025)