Antes de abrir la puerta garabateé cuatro palabras tan atormentadas como desordenadas y dejé la
nota bajo el imán de tu desdén. Tenía la seguridad de que allí la encontrarías.
[…] Los goznes chirriaron, sorprendidos,
evidenciando un desuso crónico, cuando traspasé el umbral prohibido sin rastro
alguno de arrepentimiento […]
Caíste en la trampa, cariño; creíste
vengarte cruzando la imaginaria puerta tú también, siendo tú también infiel. Porque,
como supuse, ni por un instante se te ocurrió confirmar una realidad en la que jamás
habrían tenido sentido esos dos «también».
Y yo tarde supe que estabas
deseando este nuevo escenario desde que, bien al principio, deseaste dejar de
desearme.
© Patxi Hinojosa Luján
(02/08/2019)
Muy bueno Patxi, rizaste el rizo con la iteración del “tú también”, una doble infidelidad rubricada, o no… a saber. Desde luego dejas abierta a una doble interpretación. Detrás de las puertas se esconde tanto o más que bajo las alfombras ;)
ResponderEliminarFeliz agosto Patxi.
Isabel, compañera, tú siempre tan atenta, y lo digo en dos de las acepciones de la palabra.
EliminarMuchas gracias por estar siempre ahí, buscando lo que de positivo pueda contener cada uno de mis textos, aunque tengas que usar la lupa con atención extrema.
Te confesaré que al escribir este modesto y corto texto intenté otorgarle al narrador o narradora, da igual, la condición de infiel farsante; es decir, que se inventó una historia para que su pareja sí decidiera serlo después de estar deseándolo desde hacía tiempo, siempre según su apreciación. Pero veo que no he tenido demasiado éxito...
Gracias de nuevo, amiga. Espero que disfrutes de un verano maravilloso.
Te envío un fuerte abrazo.
Contundencia es la caraterística de este micro desasosegante. Dos “también” hacen un ninguno. Infidelidad ¿compartida? La respuesta, antes de abrir la puerta.
ResponderEliminarInteresante experimento estimado colega Patxi
Muchas gracias por tu tiempo, Javier, y por dejar tu visión del texto en un comentario que es todo un regalo para mí.
EliminarComo le indicaba a la amiga Isabel, al escribir este modesto y corto texto intenté otorgarle al narrador o narradora, da igual, la condición de infiel farsante; es decir, que se inventó una historia para que su pareja sí decidiera serlo después de estar deseándolo desde hacía tiempo, siempre según su apreciación. No sé si he tenido demasiado éxito...
Te deseo un verano maravilloso, estimado compañero, y te envío un fuerte abrazo.
Hola amigo Patxi. Desde luego, a nuestro protagonista (hombre o mujer) le salió bien la jugada del engaño dándole un falso pretexto a su pareja para la infidelidad. Aunque... ¿Qué ganaba con ello? ¿Quería cortar con su pareja y no sabía cómo o disfrutaba con el masoquismo de saberse engañado/a? Qué complicada es la condición humana.
ResponderEliminarUn abrazo y buen verano.
Tú lo has dicho, amigo Bruno, ¡complicada de veras! En este caso el protagonista sólo buscaba una excusa para que se rompiera de forma oficial lo que ya estaba roto desde mucho tiempo atrás, y no se le ocurrió mejor idea.
EliminarMuchas gracias por pasar, compañero, y dejar tus impresiones.
Te deseo lo mismo y te envío de vuelta un fuerte abrazo.
Patxi, estoy muy agradecido por tu visita y excelente consejo.
ResponderEliminarVendré otra vez, pero esta vez no tocaré la puerta.
Saludos atentos,
Alonso, compañero, mi pequeña observación no tiene mayor importancia, pero me alegro de que haya servido de ayuda.
EliminarPor supuesto, pásate por ésta, tu casa, cuando desees, la puerta está siempre abierta.
Un fuerte abrazo.
La trampa estaba tendida antes de abrir la puerta, solo hacían falta dos ¡también! para confirmar la sospecha del engaño y conseguir la excusa perfecta.
ResponderEliminarTriste llegar a este extremo donde la cobardía es capaz de destruirlo todo y se necesitan excusas para enfrentarse a la cruda realidad.
Buena síntesis, amigo Patxi y mejor micro que el anterior, aunque dentro siempre del útil perfeccionismo que viste tus letras.
Un gran abrazo y feliz domingo!!!
Engaño, trampa, excusas... todo ello, sí, y algo más que no sé lo que es; nunca lo sé y ahí reside en parte la magia de juntar palabras...
EliminarAmiga Estrella, valoro tu sinceridad al indicarme que a tu juicio este micro es mejor que el anterior, esa fue mi intención al menos.
Muchas gracias por tu tiempo, que siempre valoro tanto, y por tus palabras.
Otro fuerte abrazo para ti con mis mejores deseos.
Un micro que escrito así esconde una infidelidad confusa pero a la vez da signos de un significado imperfecto. Un abrazo.
ResponderEliminarMamen, compañera, muchas gracias por pasar y dejar en palabras tu particular visión del micro.
EliminarEspero que estés disfrutando de un verano maravilloso.
Te envío un fuerte abrazo.
Hola, Patxi :)
ResponderEliminarHe leído tu micro varias veces, me atrae como un imán. Ese juego de palabras y significados insinuados pero no concretados nos hace indagar en el texto, buscar respuestas. La condición humana es un puzle sin solución, como ya han apuntado otros, y así también tu texto, en su forma, la acompaña. Me ha parecido brillante, complicado pero brillante.
Te dejo un abrazo enorme y, de nuevo, mis mejores deseos. No sé si tú estás de vacaciones, pero tus musas desde luego que no, ji, ji.
¡Nos seguimos leyendo!
Ya siento darte tanto trabajo, robarte tanto tiempo, querida compañera. En todo caso, te estoy muy agradecido por la atención que dedicas en general a todos mis textos y en particular a éste con esas relecturas.
EliminarMuchas gracias de corazón, compañera, por tus generosas palabras, con seguridad inmerecidas.
Y espero sepáis perdonar mi reincidencia, por partida doble además...
De nuevo te envío un fuerte abrazo junto con mis mejores deseos.
La condición humana es desconcertante pero a la vez tan básica que nos sorprende, pues cae en los mismos errores una y otra vez.
ResponderEliminarCiertas puertas no hay que abrirlas, ni siquiera tocarlas por si acaso.
Son trampas, como bien escribes, puestas para que los incautos no muy seguros de sus deseos, pasiones y amores, caigan y pongan en evidencia todas sus miserias.
Es cierto que hay que leer más de dos veces para poder interpretar tu pequeño relato.
No te gusta ponerlo fácil.
Un abrazo y feliz periodo vacacional.
Muchas gracias por tu detallado comentario, tocayo, pero sobre todo por tu tiempo, lo más valioso que tenemos todos.
EliminarY sí, a veces me lío, me lío y os lo pongo un algo difícil, aunque no es porque me guste, je, je, je...
Te envío un fuerte abrazo con el mismo deseo de felicidad vacacional.
Veo cierto paralelismo entre tu micro y el mío, Patxi, en el que los protagonistas deciden poner a prueba la fidelidad del otro, con resultado similar en ambos casos pues ninguno superó la prueba de fidelidad. Ingenioso micro. Un abrazo y feliz verano!
ResponderEliminarTal y como lo expones, compañero, está claro que existe ese cierto paralelismo; ¡ojalá existiera también en el aspecto literario!
EliminarGracias por tu tiempo, Jorge, y por la siempre valiosa opinión que dejas en tus comentarios.
Otro abrazo para ti, fuerte, junto con el deseo de que la vida te trate de maravilla.