martes, 16 de junio de 2020

Activaciones

(Versión reducida de La habitación del servicio)

(Imagen extraída de la red Internet)


―¿Tú eres mi… mamá y yo tu… hija?
―¿A qué viene esto, Alba, dónde has oído esas palabras? ¡No será que…! ―Su mirada y ademanes inconclusos delatan desconcierto.
Luna coge las manos de Alba con las suyas, con una delicadeza que roza la ternura, y la invita a sentarse a su vera en la blanca mesa trapezoidal. Están solas.
―Ayer, aprovechando la tarde libre de la sirvienta y que tú habías salido, entré en su habitación y…
Así que era eso, me lo temía. ¡Estas sirvientas de nueva generación sólo nos van a traer problemas! No debí sustituir a la anterior, aún funcionaba bien; esta serie en fase beta no está probada lo suficiente y no sabemos qué errores revelarán con el tiempo Luna habla con determinación―. Y dime, esas palabras, ¿las viste o las oíste? Reflexiona. Las viste, ¿verdad? ¿Cómo lo describirías?
Alba mira a Luna y, de manera inesperada, esboza algo parecido a una sonrisa que enseguida desdibuja.
―Lo tenía escondido bajo unas mantas. Es un objeto rectangular, fino, que se abre en finas láminas de celulosa donde hay impresas muchas palabras junto a dibujos y fotografías. Ahí leí mamá, hija y más palabras que no conocía pero que, con los dibujos, he podido interpretar ―Alba hace una pausa calculada, para después añadir―. ¿Sabes qué es… mamá…? ―Luna permanece callada, enigmática―. Dime, ¿por qué nosotros no tenemos ninguno ni los conocemos?; ¿o tú sí?
―Verás, Alba… hija… Te contaré algo…
El Sol se está poniendo con rapidez, estamos en época de ocasos vivos.
―Esos objetos se llaman libros. Nosotras prescindimos de ellos pues almacenamos toda la información disponible en nuestro interior. Pero, para poder mantener cierta suerte de jerarquía familiar y social, el acceso a los diferentes niveles de conocimientos lo conseguimos de manera gradual mediante activaciones programadas.
―¿Por eso soy igual de alta que tú, porque entre nosotras la única diferencia radica en los niveles que vamos activando? Mamá, ¿ellas sólo funcionan de sirvientas, o se usan para algo más? ―Alba enlaza pregunta tras pregunta.
―Eso lo habrías sabido dentro de tres activaciones ―Luna continúa con gesto impasible―, pero te adelantaré algo mañana, hija. Hoy ya has procesado suficiente información nueva; me temo que se transforme en emoción y no estás preparada aún.
―Una sola pregunta más, mamá, lo prometo: ¿De dónde vienen?
Luna, resignada, sabe que tendrá que responder.
―Ellas son seres vivos, Alba, y pertenecen a la especie humana, quienes nos crearon. Justo cuando lograron su versión más perfeccionada, nosotras, sufrieron una pandemia viral mundial tras la que sólo sobrevivieron los especímenes más fuertes, algunas hembras.
»Quedaron pocas, nos fue fácil tomar el control sobre el planeta y someterlas. Venga, engrasa ya tus junturas y ponte en pausa, mañana nos esperan activaciones anticipadas.
―Entonces, ¿esos hombres que vi en el libro?
De ellos, hija, sólo nos quedan los bancos de semen que logramos salvar para asegurarnos la continuidad de su especie, y la…
Pero Alba ya no escucha, sus circuitos proyectan nuevas y prohibidas visitas.

© Patxi Hinojosa Luján
(24/04/2020)

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