Me gusta el gris claro de la luna llena
en noche estrellada.
Me gusta el gris resplandeciente del
horizonte marino en un atardecer sin trapisonda a la vista.
Me gusta el gris brillante del marco que
encuadra tu mirada atrapada en una instantánea «robada».
Me gusta el gris oscuro de nuestros
paseos nocturnos.
Incluso me gusta el gris imperfecto del
asfalto de la carretera si la recorro contigo.
Y no me asusta el gris futuro si tú lo
enfrentas a mi lado, porque eso me permitirá seguir viéndome reflejado en tus
preciosos ojos color azul cielo y mar.
¡No todo iba a ser gris!
Patxi Hinojosa Luján
(29/03/2014)
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