¿Recordaré decirte que lo has sido
todo en mi vida,
o, para ser correcto, que has sido
toda mi vida?
Toda esta vida que estamos pasando
juntos, sí, pero
también la anterior a conocerte,
porque aun entonces
eras la estrella que me guiaba
mientras buscaba encontrarte.
Cuando esté a punto de azotarnos
el invierno más crudo de nuestras
vidas,
ese que acaba cubriéndonos con el desconocido
manto de la eternidad,
¿recordaré, cariño, cómo hacerte
sentir, con mi penúltimo halo de vida,
lo especial que siempre fuiste para
mí,
y para todo aquel que tuvo la fortuna
de cruzarse en tu camino?
¿Recordaré que una vez dudé de si
sería capaz de recordarlo,
o el tiempo engullirá, inexorable, todas
mis dudas de hoy?
Por eso, hoy que sí lo recuerdo y que
aún estoy a tiempo,
me colocaré una roja nariz de payaso,
de esas de goma,
para que cuando me preguntes,
extrañada por mi ocurrencia,
que si me encuentro bien, y yo te
responda que ¡perfectamente!,
me acuerde de sacar mi ajada libreta,
y pueda recitarte ya, por si acaso,
ya sabemos lo imprevisible que puede
llegar a ser el tiempo,
estas apresuradas palabras, que no son sino mi
más profundo agradecimiento,
mi amor «apalabrado», mis sentidos garabatos...
que nacieron solo para ti, cariño,
nunca para el olvido.
¿Lo recuerdas?
© Patxi
Hinojosa Luján. Para Ella, para Susan.
(24/03/2015)
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