sábado, 28 de junio de 2014

Las páginas no escritas

       ¿Nunca os habéis preguntado, cuando acabáis de leer una novela que os ha cautivado, adónde irán a morar nuestros resúmenes mentales, opiniones, valoraciones, sensaciones, continuaciones subjetivas, finales alternativos y demás ocurrencias de nuestras mentes cuando ya nuestra atención se va dirigiendo hacia otros menesteres? ¿Adónde irán a parar todos esos sentimientos de sorpresa, ilusión, emoción, tristeza, disconformidad, alegría, satisfacción… que inundan nuestra mente atropelladamente en esos momentos, sin aflorar al exterior, sin plasmarse en ningún soporte físico, ni siquiera oralmente? Si lo pensamos bien, toda esa amalgama de sensaciones podría estar condenada a una muerte dulce que sería, en primer lugar injusta, y en segundo término una pérdida triste e irreparable.

       Pero yo no creo que suceda esto último. En mi fantasía, he visto claramente lo que yo denomino «las páginas no escritas», esas que en cada volumen se sitúan entre la última hoja y la tapa trasera, pero que obviamente no son visibles porque pertenecen a un universo paralelo cuya llave de acceso obtenemos solo con las oportunas relecturas de los textos en cuestión.

       Y en esas estamos estos días, en que ya entrado el verano y viendo que yo no puedo tomármelas, mis musas se han largado de vacaciones sin mi compañía y sin previo aviso, por lo que al estar mi inspiración bajo mínimos, me refugio, cuando el tiempo libre me lo permite, en «las páginas no escritas» a las que todavía sigo teniendo acceso, donde en cada visita encuentro algún nuevo matiz que en ocasiones anteriores me había pasado desapercibido; tal es la magia de la literatura...

Patxi Hinojosa Luján
(28/06/2014)

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