lunes, 24 de agosto de 2015

La – re – do


La – re – do

La sorprendo dorada, cual nudista bajo el sol,
aunque tintada en blanco y rojo, rojiblanco pasión.
Doblo despistado una esquina
 y me llegan, de sopetón,
para alegría de mi alma,
los sonidos de un ensayo
que anticipan una noche
recargada de emoción.

Re-inventando escapatorias en forma de una canción,
nuestro artista a la guitarra,
aliñando su gran voz,  
impregna el aire de acordes
que secuestran la razón,
y de unas letras que no son
sino flechas que abordan ya
todo despistado corazón.

Do de pecho continuado, avalado por quien es
dueño de cada estrofa, y señor,
 de cada estrofa entonada, sí,
pero esclavo, si en su empeño no decae,
de su efecto embriagador.

***

Y de la dorada Laredo volví, porque estuve,
con las baterías cargadas,
esperando que el destino, generoso,
me consiga sorprender con una ocasión semejante.

Yo que nunca juego sucio, enfrento con toda paciencia
un nuevo compás de espera,
para volver a disfrutar
con esa fuerza un fa mayor,
¡o no!,
cuando seduzca con sus caricias, con su arte,
a cualquiera de sus guitarras
quien siempre será grande:
nuestro querido Txetxu Altube.

© Patxi Hinojosa Luján
(24/08/2015)

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