lunes, 22 de enero de 2018

Desgracias por duplicado

Mi decimoquinta aportación a «Relatos en cadena», de cien palabras, en la Cadena SER. En esta ocasión teníamos que comenzar con «Ya recogerían la mesa mañana...».

Ya recogerían la mesa mañana, cuando se levantaran, antes de desayunar; después quitarían el polvo, harían las camas y prepararían la comida de mediodía. Por qué no concederse ese margen de confianza si todo ello seguía perteneciendo a su día a día…
Pero desde hace unos meses la realidad contradice sin piedad sus reflexiones: ellos lo piensan, cierto, pero son otras las manos que se encargan de realizar todo aquello, las mismas que les acarician con cariño y paciencia, las que en ocasiones limpian lágrimas propias y ajenas maldiciendo al monstruo que se adueñó de las vidas de sus padres, y de las de ellos…

© Patxi Hinojosa Luján, desolado por los últimos acontecimientos.
(18/01/2018)

lunes, 15 de enero de 2018

Tenemos que anunciaros algo

Mi decimocuarta aportación a «Relatos en cadena», de cien palabras, en la Cadena SER. En esta ocasión teníamos que comenzar con «Pestañeó dos veces para decir que sí...».

Pestañeó dos veces para decir que sí y se dirigió a la cocina a preparar el postre. Su marido sería el encargado de comunicar a los chicos la noticia, así lo había querido la lotería de la moneda al aire. Imaginó una vez más cómo se lo tomarían ellos y se volvió a engañar diciéndose que bien, que ya no eran tan pequeños, que lo entenderían… Pero cuatro guindas más tarde, al volver al comedor disimulando su nerviosismo tras la bandeja con el pastel, el ambiente distendido le confirmó que aquel no había reaccionado a su gesto y añadió entonces otro motivo para su demanda de divorcio.

© Patxi Hinojosa Luján
(11/01/2018)

lunes, 8 de enero de 2018

En la pista

Mi decimotercera aportación a «Relatos en cadena», de cien palabras, en la Cadena SER. En esta ocasión teníamos que comenzar con «Bucear en el lago que había al lado de la casa...».

Bucear en el lago que había al lado de la casa de campo siempre fue su válvula de escape tras una dura semana de trabajo; le permitía destensar unos músculos que se atrofiaban en aquel ambiente tan claustrofóbico y sombrío, donde la tiranía imperó hasta hacía poco…
El otoño no tardaría en vestirse de crudo invierno y él tendría que aplazar sus escapadas y esperar a fechas primaverales. Debía apresurarse si quería dar carpetazo al asunto enterrando parte de su pasado reciente.
Vuelve a ser sábado por la tarde cuando sale del lago tiritando una sonrisa victoriosa, ajeno a la vigilancia de unos agentes que no tardarán en encontrar el cuerpo.

© Patxi Hinojosa Luján
(20/12/2017)