jueves, 10 de julio de 2014

Sinsentidos consentidos

       Veo tus preciosos ojos color azul cielo y mar, y puedo apreciar que en su reflejo aparezco más valiente.

       Oigo cómo me animas, sobre todo en los momentos más grises, en ellos siempre.

       Huelo tu aroma, sin aditamentos, y mi mente retrocede treinta y seis años, y es como si no hubiera pasado el tiempo, sino que fuéramos nosotros dos los que hubiéramos pasado por el tiempo sin cambiar.

       Saboreo el placer de tu presencia, no ya a mi lado, sino en mi lado, en mi espacio, como si fuéramos uno, siendo uno, lo que siempre ocurre cuando…

       … al acariciar tu piel desnuda, suavemente, de arriba abajo, mis manos se van acercando cada vez más a mi cuerpo, lo que indica que estoy llegando a la cima de las primeras montañas en la escalada del placer, aunque aún quede algún monte por explorar y disfrutar...


       Después de ese placer, el sosiego, la tranquilidad, la paz del descanso…

*

       Veo un futuro que no deriva de este presente, lo que reconforta mi alma.

       Oigo sones de paz, pero estos no han sido propiciados por esos dos jefes de los «rostros pálidos», que en los momentos actuales no lo son tanto.

       Huelo el refrescante aroma de la LIBERTAD, así con mayúsculas, para todos.

       Paladeo el placentero sabor de la Justicia Social Universal.

       «Casi» llego a acariciar, a palpar, a tocar la perfección sensorial…

*

       Me despierto, o eso creo al menos, pero no me quiero dar… no puedo darme el tiempo necesario para comprobarlo: hoy solo deseo empezar a aportar mi granito de arena para que nuestro mundo se parezca lo más posible, y lo antes posible, al que mis sentidos han disfrutado durante estas últimas horas en las que reinaba la Luna, y yo me dejaba llevar por esos universos paralelos de sentidos consentidos. Y en ello estamos…

       Y así, de nuevo con el depósito lleno de carburante, me sumerjo (el tiempo dirá con qué éxito) en la misión que desde ya me he impuesto, la lucha contra los «sinsentidos consentidos».

Patxi Hinojosa Luján
(10/07/2014)  


 Nota del autor: Sirva este humilde texto como homenaje a todas las víctimas inocentes (no hablo de bandos, solo de personas) que cada día aumentan las frías cifras de pérdidas de vidas humanas, como estamos viviendo en estos mismos momentos en nuestro querido planeta, por la intolerancia de algunos… ¿semejantes?

No hay comentarios:

Publicar un comentario