Hoy he viajado en el tiempo… He conocido el significado de aquel brillo en los ojos de nuestra
madre, cuando garabateaba con su mirada frases como «pásalo bien, no vuelvas tarde…»,
y a continuación, y más bajito, casi para sí y con tristeza, «y
ten cuidado…» que yo no podía oír porque ya bajaba volando
las escaleras para subir a alguna de mis montañas predilectas; o porque
entonces no tenía acceso a esa dimensión emocional…
Me lo ha mostrado hoy el espejo
de mis certidumbres, que me ha reflejado interpretando el «otro» papel;
entonces he descubierto unos temores que antes no existían, cuando yo tampoco
he podido evitar, susurrando para no molestar, el más sentido «y
ten cuidado…» en el momento que nuestro hijo ha partido una
vez más para continuar con su vida.
Y aunque sé que Ella las
rechazará, debo pedirle disculpas por los momentos de angustia que le ocasioné,
sin ser consciente de ello, al no tener aún el carnet del nuevo rol.
A la espera de no llegar a generar,
además, nuevas necesidades de disculpas como aquellas, vuelvo a mirar en aquel
espejo para contemplarme en la imagen que refleja, la de un hijo reconvertido
en padre.
© Patxi
Hinojosa Luján
(27/05/2017)
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