Lo
suyo no fue un fallo multiorgánico, murió haciendo gala de la misma modestia
con la que vivió. Se lo llevó al otro barrio un fallo biorgánico: primero le
falló el de la cabeza, después el corazón.
Él
era sencillo, así de simple.
© Patxi Hinojosa Luján
(11/01/2016)
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